#Quebra-quebra #Perlongher

En «Los devenires minoritarios», Néstor Perlongher refería a ese Brasil menor, marginal y disidente que cada tanto llega al centro, lo ocupa y se expande desde un chispazo que enciende el reguero de pólvora de la bomba que parece estar siempre a punto de explotar (sobre el abismo de la desigualdad y la micropolítica de los «inconscientes que protestan», ¿no sería mejor preguntarse cómo es posible que estas revueltas no sean más frecuentes?):

«Guattari comenta el estruendoso quebra-quebra de 1983 (en que las masas llegaron a arrancar las verjas de la gobernación de San Pablo) con otro gurú insureccional, el italiano Toni Negri, y ambos lo ven como un anuncio, a largo plazo, de un nuevo tipo de ‘movimiento autónomo-comunista anarquista´. Dejando de lado el catastrofismo apocalíptico, lo cierto es que estas confronta­ciones salvajes, desterritorializantes, parecen proseguir bajo la forma de una ver­dadera guerra social que devasta las calles del trópico, cobrando semana a semana su macabra cuota de adolescentes negros. Escasa atención se les concede, empero, a los impulsos de fuga que animan muchos de esos procesos de marginalización, fuga de la segregación y la modelización normativa que no por desesperada deja de ser elocuente. No más que poetas como Roberto Piva se muestran capaces de ver -en versos como ´adolescentes maravillosos incendian reformatorios´ – el conte­nido deseante de esas fugas.
«Algunas de esas tentativas saben arrojar resultados trágicos. Véase el caso del adolescente Naldinho, que se arroja a un raid homicida, al grito de: «Para escapar­me, mato al que se me ponga enfrente», donde parece desencadenarse cierta pa­sión de abolición que toma la destrucción (y la autodestrucción) como objeto… La habilidad del cartógrafo deseante residirá en dar cuenta de esas conexiones de flujos múltiples, que van en un sentido disruptivo con relación al engolado ´caretaje´facsimilar, para señalar puntos de pasaje, de articulación, de intensificación». Fue publicado primero en El lenguaje libertario y luego en Prosa plebeya. Puede leerse completo en PDF, página 121 de esta selección.