Amor, Estado y contracultura

Franco Torchia me entrevista en el programa de radio No se puede vivir del amor y de pronto me hace la pregunta del millón: «qué queda fuera de la mercantilización hoy» cuando parece que todas las rebeldías y contraculturas de otros tiempos fueron cooptadas como moda y mercadeo. Me vino a la mente lo siguiente: «Hay gente que sale en forma voluntaria a hacer recorridas por la ciudad a llevar café o sopa a personas en situación de calle y a escuchar sus historias y tomar nota de sus reclamos y lo hacen porque quieren, sin ganar nada realmente. El planeta hoy está en peligro, la humanidad está en peligro y hay gente que sufre muchísimo. Esa salida a ayudar sin un partido político detrás, sin el Estado atrás, está definitivamente fuera de la mercantilización».

En cuanto al amor, le dije que me interesó el amor libre en su acepción más tradicional, cuando los anarquistas hablaban de amar a varias personas al mismo tiempo, desde una noción de camaradería y compañerismo afectivo, y no de la posibilidad de tener múltiples relaciones sexuales sin ningún costo. Y que habría que ver qué se quiere decir hoy por poliamor cuando se habla de poliamor.

Se escucha por acá.

Un recorrido amoroso

magdalena jitrik
Tom Máscolo me entrevista y escribe un recorrido personal de lecturas que van desde los años 70 hasta el 2018 en etapas marcadas por libros: El amor libre, En Pampa y la vía, Un barroco de trinchera, Sobre Sánchez, Cerdos & Porteños, Postales de la contracultura, Llévatela…, etc.  para el suplemento Ideas de La Izquierda Diario. Es una nota digna e impecable en su género -un género que puede admitir equívocos e imprecisiones- aunque de las respuestas por mail quedó una afuera -supongo que por razones de espacio- y me pareció relevante reproducirla en este sitio. A la pregunta «¿cómo ves a la juventud de Argentina hoy?», mi respuesta fue: Continuar leyendo «Un recorrido amoroso»

Hacer el amor y no la guerra

Por Mercedes Halfon:

Llévatela amigo, por el bien de los tres arranca con un protagonista que reflexiona sobre los modos de mantener el calor en la pareja: su paisaje imaginario es la estepa y el objetivo poblar el iglú para pasar el invierno. Lo fundamental es evitar quedarse solo, o solo de a dos, que es lo mismo pero peor. El protagonista está construyendo un territorio simbólico para comenzar su relato de aventuras sobre una pareja abierta, su pareja, sostenida durante veinte años, hasta su inevitable descenso y meditada caída. La novela es una estampa húmeda sobre el amor tal y como lo entendían ciertos grupos de libertarios de los años sesenta y setenta, entre los que sin dudas estaba el autor del relato…

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El narrador escribe desde el final y rememora. Escribe desde un departamento a metros del parque Centenario mientras observa ese ritual extraño de las novias radiantes y rígidas como merengues que van a fotografiarse a orillas del lago artificial. “Nada de esto existía antes”, escribe. “El parque era un baldío salvaje. Las parejas venían a coger entre los matorrales, no hacían falta autos, no había novias de blanco. Cada domingo se juntaban por aquí los rockeros de entonces, a guitarrear, cantar o escuchar los versos de algún poeta intoxicado o los sermones de los místicos o las consignas de los bolcheviques psicodélicos que intentaban formar grupos de estudio, o imprimir boletines a mimeógrafo, o pintar en las paredes vecinas cosas como: “todo espacio es tu cuerpo/ vivan los combatientes/ muera la muerte/ hoy una pared, mañana el mundo”.

Tan lejos y tan cerca de hoy. Llévatela amigo, por el bien de los tres está nuevamente en librerías reeditado por Caja Negra, en un volumen que mantiene el texto original al que le suma una posdata del autor en la que recontextualiza y resume algunos comentarios sobre el libro publicados en su momento de edición. Publicada en 1989, la primera novela de Osvaldo Baigorria estaba a la fecha casi inhallable. Estaríamos ahora entonces, en un tercer tiempo de ese parque Centenario nocturno que tanto aparece en el libro, ese interregno donde el protagonista –Eduardo– va a observar otros modos del amor, mientras lanza frases como proyectiles encendidos y que encienden. Ese mismo parque hoy enrejado, intransitable en la noche, como muchos otros espacios públicos que dejan de serlo. Ese mismo parque que hace poco fue lugar de encuentro y de fiesta al pedido de Más amor, junto a otras consignas.

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¿Cómo se dice amor libre en euskera?

Ilustración de Magdalena Jitrik

En el País Vasco ahora también se consigue… La editorial Txalaparta presentó hace poco El amor libre. Eros y anarquía en Navarra, en ausencia del autor pero con presencia de editor y acompañante(la escritora Itziar Txiga, autora de Devenir perra).

Vaya esta noticia ilustrada con el dibujo de tapa original de Magdalena Jitrik en la 1ra. edición de Utopía Libertaria, con inmenso agradecimiento por todo el arte y la amistad que me fueron concedidos al publicar el libro en Argentina.

Ah! Y la edición en PDF del libro entero se puede bajar por acá.