Tom Máscolo me entrevista y escribe un recorrido personal de lecturas que van desde los años 70 hasta el 2018 en etapas marcadas por libros: El amor libre, En Pampa y la vía, Un barroco de trinchera, Sobre Sánchez, Cerdos & Porteños, Postales de la contracultura, Llévatela…, etc. para el suplemento Ideas de La Izquierda Diario. Es una nota digna e impecable en su género -un género que puede admitir equívocos e imprecisiones- aunque de las respuestas por mail quedó una afuera -supongo que por razones de espacio- y me pareció relevante reproducirla en este sitio. A la pregunta «¿cómo ves a la juventud de Argentina hoy?», mi respuesta fue:
–El término “generación” necesita comillas… ya que hay muchas generaciones y singularidades dentro de ese conjunto, y quizá habría que hacer lo mismo con “juventud”. Pero sí puedo señalar un elemento común que es relativamente nuevo: muchísima gente, incluida la llamada “joven”, va por la vida con la cabeza gacha, mirando fijo a las pantallas de sus teléfonos celulares. Ese gesto corporal me parece detestable, pero no quiero ser injusto porque sé que hay diferentes tribus, algunas estarán posteando selfies de su participación en la última marcha, otras estarán wasapeando alguna pavada, otras estarán destilando odio hacia los que piensan distinto, y otras estarán conectándose así con sus afectos porque no conocen otra manera. Una diferencia clave es que la dominación de esas redes sobre la vida cotidiana habilita la agresión a distancia y la vigilancia y control corporativo de cada uno de nuestros actos, y por lo tanto reabre la puerta al miedo.
La nota, titulada «Sobre el deseo y el amor libre», puede leerse in situ por acá.
La ilustración que encabeza esta entrada es un dibujo de Magdalena Jitrik para la portada de la primera edición de El amor libre. Eros y Anarquía, Libros de Anarres, colección Utopía Libertaria, 2006.