El artista peruano José Carlos Martinat, que arranca trozos de paredes con grafitis tratados con resinas para luego exhibirlos -algunos colgados de ganchos- en espacios de arte, fue atacado en la inauguración de su muestra «Ejercicios para galería» en Buenos Aires por street artists que encendieron y vaciaron todos los matafuegos del edificio, grafitaron las salas con spray rojo y también la camisa del galerista Ignacio Liprandi y la lente del peruano que no podía dejar de disparar fotos: souvenir porteño. Lo que pasa es que al apropiarse de obras que a su vez se habían apropiado de paredes, Martinat siguió al pie de la letra y al mismo tiempo rompió todas las reglas escritas y no escritas del arte en el espacio público, además de alguna violación a la propiedad inmueble. Los grafiteros reaccionaron -con cierta violencia- en defensa de sus derechos y no me extrañaría que los propietarios de las paredes primero pintadas y luego raspadas o descascaradas también reaccionen. Buenos Aires es un lugar peligroso… Aquí una foto posible del artista, en un blog que lo acusa de «ladrón, estafador que roba arte de la calle para venderlo en galerías».
Para leer la nota que escribió Claudio Iglesias sobre el caso, no clickear (sale error) sino copiar y pegar en la barra del navegador la dirección http://www.pagina12.com.ar/diario/suplementos/radar/9-6612-2010-11-15.html