La vuelta de la vuelta a la tierra

En la revista Ñ de este fin de semana apareció la nota de tapa «¿Y si nos vamos todos?» con una serie de testimonios sobre cómo cambiar de escala desde la gran ciudad a un entorno más pequeño, bajo el titulo «Mandarse a mudar: ¿sí o no?». Mauro Libertella me preguntó si quería participar y le respondí lo siguiente:

Mucha gente se acuerda de que las megalópolis son lugares terribles para vivir cuando aparecen pestes o catástrofes mayores, como guerras, bombardeos. Ahí se ve que las grandes ciudades son campos de concentración que contradicen las más elementales leyes físicas. El cuerpo humano es en promedio un 60 por ciento líquido y las moléculas tienden a difundirse de lugares de mayor a menor concentración. Pero la mayoría de la humanidad hace lo contrario, por razones socioeconómicas forzosas, y sin muchas opciones, claro. Tuve la suerte de estar entre esas minorías que abrazaron el back-to-the land, el movimiento de vuelta a la tierra en la costa oeste norteamericana de los años 70. Volví a la ciudad, sin embargo, y volví a irme al delta del Paraná, y volví de nuevo. En esa oscilación fui descubriendo que se necesita lo mejor de ambos mundos y eso implica aprender a vivir con la mirada puesta en lo post-urbano, con la ciudad en el ayer, no en el mañana. Lo post-urbano sería un mundo en el que el acceso al conocimiento y la comunicación que hoy asociamos a lo urbano pueda situarse en el medio más natural, despoblado y silvestre posible, sin alterar ni contaminar ese medio de ningún modo irreversible. Sueño con ese mundo todavía.

Publicado en revista Ñ del 19/09/2020.

Ciudad viral

«El nuevo orden de los cuerpos» es el título de este reportaje en la revista chilena Viernes y que aquí reproduzco entero, incluidos algunos párrafos que quedaron grabados y que no fueron publicados por razones de espacio. Podría haberse titulado»La ciudad es el virus» (o «La pandemia nos tapa la boca y nos prohibe el beso», si se le quiere dar otro sesgo). En negrita, las preguntas de Nicolás Violani y en redonda, mis respuestas.

  • ¿Cómo te ha golpeado esta crisis sanitaria? ¿Frenó algún proyecto en particular en el que estuvieras trabajando o que estaba por ocurrir? ¿Cómo estás viviendo estos días de confinamiento?

No, si la estoy pasando bomba, como preso domiciliario sin tobillera electrónica pero con el policía metido en la cabeza. Ya más en serio, siento nostalgia por la fiesta, el encuentro nocturno, la multitud en danza, el olor al cuerpo que transpira ahí al lado. También siento nostalgia por el placer trivial y mínimo de sentarme a leer los periódicos en un café o tomarme un trago en un bar. Hubo además un recorte brutal de mis ingresos, ya que las crisis les vienen como anillo al dedo a los burócratas para que cajoneen u olviden contratos y a los capitalistas dueños de medios de comunicación, por ejemplo, para postergar pagos indefinidamente y que nadie responda a un teléfono.  Pero no puedo quejarme, hay millones que están muchísimo peor. Continuar leyendo «Ciudad viral»

La imposibilidad de una isla

El diario Tiempo Argentino publica una reseña de Estres de pez por Nicolás García Recoaro. La titula «La posibilidad de una isla en el Tigre», la baja o copetea como «Memorias barrosas, manual de supervivencia, ensayo ecologista y delicado catálogo isleño con historias de amor, locura y resistencia» y, entre otras cosas, el autor señala que en el libro hay «historias de peces muertos, de contaminación por glifosato y del mal del sauce. Pero también de señoras que dejaron atrás la urbe mezquina y sostienen a pulmón una generosa biblioteca fluvial. Continuar leyendo «La imposibilidad de una isla»

La revolución sexual ha muerto, viva la revolución sexual

Viva la patria, la matria, la fratria (y la sororidad)! Repaso lo que escribí en mi diario el 25 de mayo de 1989, en casa de Milu, Victoria, frente al Estrecho de Juan de Fuca, isla de Vancouver: ella decía que no había tenido ninguna relación sexual desde hacía por lo menos un año. Tom Cooke tampoco; y sostenía que su hermano era célibe. Inger tampoco había tenido relaciones desde hacía años. El calvinismo ha triunfado sobre sus enemigos (la revolución sexual ha muerto, viva la revolución!). Por aquí siempre fueron puritanos, pero entre 1960-80, o en el medio de esas dos décadas uno tenía la impresión de que las cosas estaban cambiando (“for the times they are a-changing”). Habrá que sacarse el sombrero ante esta sociedad por su resistencia al cambio, por la profundidad y alcance de su represividad, por su capacidad de control mental en masa. La Moral se ha mantenido sólida –o mejor: se ha reconstruido- pese a tantos embates en su contra. Continuar leyendo «La revolución sexual ha muerto, viva la revolución sexual»

Estrés de pez

borde perdido editoraLas piezas que componen este libro son reescrituras de crónicas o “notas” en el sentido argentino y rioplatense del término, escritas durante el período en el que viví en una isla de Tigre, en el Delta del Paraná (2006-2016)… Este es más o menos el inicio del libro que acabo de publicar con Borde Perdido, editado con elegante diseño y arte de tapa de Sebastián Maturano y una simpática contratapa de Marie Miy en la que se lee lo siguiente: Continuar leyendo «Estrés de pez»

El Tata

el tata luis leonardiAsí lo conocían en el Marchini, ese arroyo de agua escasa, apenas navegable si hay viento norte, que llega o sale al Sarmiento cerca del muelle La Esmeralda, ahí donde el río cambia de nombre quizá por un error de cartografía, como él mismo decía. Un isleño típico, o sea, alguien que no nació en la isla pero se aquerenció a tal punto que solo podían sacarlo con los pies para adelante y las botas (de goma) puestas. Continuar leyendo «El Tata»

De votos, chantas y fanáticos

La manera descarada con la que se manipula el voto, se utiliza el valor simbólico de los porcentajes y se engaña a los votantes sería razón suficiente para dejar de votar. Esto siempre lo supieron los anarquistas pero, pese a provenir de una tradición familiar ácrata, de todas maneras puse mi voto en la urna en varias ocasiones que me parecieron bisagras significativas en la historia argentina.

La primera vez que voté lo hice por Héctor Cámpora, en quien muchos -aun sin ser peronistas- depositamos la esperanza de dejar atrás los golpes militares, respetar la voluntad popular, incluído el derecho al regreso de Perón, y sobre todo-como creíamos algunos menos- el derecho a vivir en una democracia en la que podría avanzar el proceso revolucionario, la liberación nacional y social y viceversa. Cuatro meses después de esa votación estaba instalada en el gobierno la ultraderecha, con Perón flanqueado por López Rega y el aparato de la futura Triple A.

De los preparativos de esa operación ni nos enteramos: casi no se difundió el hecho de que a tres semanas del 11 de marzo del 73 y menos de dos meses antes de asumir, el presidente electo mantuvo una larga reunión, de contenido secreto, con Perón, López Rega y el dictador Francisco Franco en el Palacio del Prado de Madrid: la noticia pasó»desapercibida» (desaparecida) en tiempos de entusiasmo por la primavera camporista. ¿Qué habrán hablado estos que iban a decidir nuestros destinos con aquel asesino que en esos mismos años ordenaba la ejecución de disidentes mediante la tortura del garrote vil?

Continuar leyendo «De votos, chantas y fanáticos»

24 de marzo: «Se equivocaban de departamento»

Por Osvaldo Lamborghini, rescatado en digital por Golosina caníbal:

El 24 de marzo (1976), los militares argentinos, y dale, tomaron el poder, o así, al menos: o así al menos -para decirlo todo- ellos lo creyeron. La verdad es que el poder lo tomaron los banqueros, los que, ¿los que?, como es tradicional en la Argentina, se pasan la vida rompiéndoles el (los) culos a los militares argentinos. Y gozan con ello: los militares argentinos y los banqueros (que se los cojen). Los militares. Argentinos, y los banqueros. Argentinos, y de cualquier otra nacionalidad, si es que existe -Dud, lo dudo- otra nacionalidad.

Continuar leyendo «24 de marzo: «Se equivocaban de departamento»»

Fractura expuesta

Paloma Salvatierra

Una fractura de rótula a causa de una caída por escalera (de un estante alto donde había ciertos libros), me tiene con una pierna inmovilizada por varias semanas… pero puedo atender el teléfono, como ocurrió con esta entrevista que me pidieron desde el programa -oh, el azar- «Fractura expuesta». Es de la AM 530, me preguntaron sobre la cocina de Cerdos & Porteños y el audio se puede escuchar por acá. La ilustración es del blog Elogio del vacío de Paloma Salvatierra.