
«Poco a poco las caretas se hacen más ridículas, las posturas salvadoras más lamentables, los pretextos más tristes. Pero de ninguna manera nos tienta crear una filosofía del resentimiento y la tristeza» *.
Grinberg fue quien me llevó a escribir mis primeras colaboraciones periodísticas en la revista 2001, a principios de los años 70. Algunas diferencias ideológicas menores nos fueron apartando, así como las derivas de la propia vida. Y aunque en los últimos años apenas nos veíamos -la última vez fue un breve cruce a la salida de la conferencia que dictó Bifo Berardi en el Auditorio de la Facultad de Ciencias Sociales, UBA, en 2018 (él me preguntó «¿qué estás haciendo por acá?»)- igual sé que lo voy a extrañar.
–* Del manifiesto «Las pieles del fracaso» en la revista 2001, año 5, número 52, 1972