Diario de un degenerado en el armario

Gombrowicz

Como si fuese un ejercicio de autoconocimiento, Witold Gombrowicz empezó a hacer una recapitulación de su vida a partir de 1953 en Argentina, volviendo sobre sus pasos para anotar todo lo que le había sucedido desde mayo de 1922 hasta aquel momento y luego continuar hacia adelante, día más día menos, hasta mayo de 1969, poco antes de su muerte. Pero separó lo público y lo privado en dos textos. En la localidad cordobesa de Salsipuedes, donde estaba de vacaciones, habría leído el Diario de André Gide y se le ocurrió proponer al editor de la revista Kultura, de la emigración polaca en París, publicar su propio diario en forma periódica. Mas como este sería absolutamente público, escribió en paralelo otro más íntimo e imposible de sacar a la luz mientras el autor estuviese vivo, en parte por la exhibición de sus estados emocionales y de salud en general, pero sobre todo por sus relatos de actividad erótica que sería tan transgresora e incómoda para aquellos tiempos como quizá para los actuales. Continuar leyendo «Diario de un degenerado en el armario»

La murga y los polacos

Las comparaciones entre épocas y nacionalidades tienden a deslizarse hacia el lugar común, pero cuando el observador combina sentido del humor con espíritu crítico, su mirada puede tajear la superficie y hundirse como bisturí en el cuerpo de las costumbres. Es la operación que hizo Witold Gombrowicz en Argentina, sobre todo luego de que la radio Free Europe le ofreciera una beca de $100 dólares mensuales en la segunda mitad de la década del ‘50. Con ese ingreso pudo viajar y escribir sin la disyuntiva de la pobreza o el agobio de un empleo fijo como el del Banco Polaco en el que trabajó ocho años. En contraprestación, escribió dos series de crónicas radiofónicas que serían difundidas en aquella radio financiada por la CIA con el objetivo de penetrar la Cortina de Hierro en tiempos de la guerra fría. Una de ellas se tituló “Recuerdos de Polonia” y la otra, “Peregrinaciones argentinas”. Esta última es la que ahora se vuelve accesible en castellano por traducción de Bozena Zaboklicka y Frances Miravitlles. Continuar leyendo «La murga y los polacos»