A bailar en la biblioteca

«Los autores leen y escriben, andan en la propia biblioteca y la leen-escriben. Bailan en la biblioteca», escribe Laura Estrin en Cuarta prosa. Sigue:

«Según, un libro como estado de la cuestión de las lecturas de los últimos autores/lectores del XX. O Alguien que dice lo que lee.

«La diferencia entre hacer libros sin permiso -como escribió Mandelstam- y hacer cualquier cosa. “Según Alexandra David-Néel, la obediencia es la muerte: cada instante en que una se somete a una voluntad extraña es un instante arrancado a su propia vida” (Según). Cualquier cosa es no-obra, no-escritura -lo dijo (de otro modo) Christian Ferrer (¿en Camafeos?).

«El autor no lee cualquier cosa. No hay otra precisión en la cita que el amor que le arrancó esa frase.

«El autor lee fuera de lo permitido. En Según están: Lorenzo García Vega, Jünger, Koestler, Carlos Riccardo, Bashevis Singer, Wernicke, Di Paola, entre otros. O autores entreperdidos, los que brillaron otro tiempo: Pelevin, Handke. O autores que nos arrancan nostalgia querida como la entrada de Pezzoni que dice de otro modo que la literatura no es statu quo: “el mundo construido por la literatura es siempre una conquista y a la vez una denuncia contra esa presunta noción de realidad que no es más que convención o conformismo ante lo que un grupo cultural o económicamente dominante obliga a aceptar como real”.

«Los libros que son también lecturas hacen escribir, los autores que leen hacen leer-escribirlos. Escribir es siempre para no morir. Y leer es desesperar por escribir.

«Decir de donde se parte (La soledad del lector de Markson en Según), decir que no se quiere hacer “lenguaje académico”, “citas de autoridad”. Según, libro-proyecto que al final es amor a la lectura, una biografía de lecturas.

«Buscarse la autobiografía en tercera persona (como en la Introducción de Según), pero luego las citas recordadas se jalonan en “Conocí a tal autor…” Porque “la vida es corta” (dice Según) para hacerla larga, para hacerla teórica, impostada. Escandido en algunas entradas del libro está ese “Conocí”, en primera persona, y por ahí se filtra el Polo Norte donde vivió Baigorria, el Tigre, el Delta, donde también lo intentó.

«El “Conocí” también puede aparecer como “Leí a…”  La raíz de un libro está en lo que ha leído su autor, acá al descubierto. Se escribe parecido a lo que se lee y a cómo se lee. Alguna vez lo dije en palabras más bajas.

«Recordar citando, contar una cita, contar otra vez, recordar, es citar. A veces se cita con nombre y apellido, a veces es solo el apellido. A veces se citan frases obvias, tontas, que quedan desnudas porque la mayoría no lo son.

«Biblioteca de lecturas que me es afín, ¿Porque es contemporánea?, hay algo más. Hay temas que vuelven: la angustia, la desesperación, la vida, la muerte, la guerra. Será porque hay asuntos que concurren más a la cita.

«La cita es un subrayado de lectura, ya lo dijeron, nuestro cuerpo sobre el cuerpo del libro de otro, la cita como abrazo.

«Pero no son citas, son lecturas de lecturas, son arrastres de lecturas, riadas -según traducción de Solzhenitsyn. Y hay comentarios distantes y otros cercanísimos. Ningún abalorio, todos recuerdos de familia -como dijo de sus collares Pepito Cibrián.

«Entre el Diccionario de autores latinoamericanos de Aira, César Aira, un catálogo de Strafacce y el capricho del orden del diccionario, Según. Una autobibliografía de Baigorria.     

«Repito, este libro nos cuenta qué lee el amigo, directo. Autores geniales casi todos, cófrades cosepultos -como tradujeron lo escrito por Kierkegaard, por lo que este libro no hace cualquier cosa (repito). Los autores tontos u obvios (citados) quedan más al desnudo en estos libros, se ven de lejos.

«Y como cita Memoria irreversible (“Según Laura Estrin la memoria es caprichosa pero justa: extiende la vida y el tiempo de los que ya no están) digo lo que me dijo una vez Hugo Savino: no nos gustan estos libros porque son de nuestros amigos sino que somos amigos porque nos gusta como escriben estos libros.

«Una cita-recuerdo de Farrés que acierta: “los campos de concentración han sido la mejor literatura más allá de la literatura”. La cita, a veces, abrevia toda una teoría, toda una panorámica de palabras muertas. Hace hóspito lo inhóspito. La cita es experiencia de lectura.

«Libro de vida de lecturas y hallazgos líricos: lo que me importa leer. Y reflexiones: “Bueno, esta es una típica cita fuera de contexto que puede confundir, por eso aclaro…” y la salvedad del propio Markson: “esto no es escribir: es tipear”. Valga el tecleteo, el tocar el piano -como diría Osvaldo Lamborghini o Milita Molina.

«Aparece el “según yo” que alguna vez me divirtió lo feo que suena, Baigorria lo dice en italiano y a él también le hizo gracia.

«No son citas, tampoco intervenciones o curaciones culturales, son las lecturas de un autor. Y, a veces, a veces la cita se lee a sí misma, como en la de Pasolini. En otros momentos aparece una cita citada: Rilke por Vogeler. Y recuerda lo que otro ya nos ha recordado.

«Y los poemas citados como poemas en libro de prosa (¿¡!?), prosa y verso sin distinción, solo aire en el espacio de los versos. Pero todo el libro es amable en sus espacios.

«La cita deja en evidencia al autor, y al que la lee también. Hay que tener una vida de verdadera lectura para escribir las lecturas, no todos pueden. Además del interés por las chinerías -diría Nicolás Rosa.

«Las citas son siempre acerca de los “dolores fundamentales” -como recuerda Milita Molina que decía Juan Carlos Gómez. Y hay conclusividad cierta: la teoría como grito (entrada de Stevenson) y en la de Stirner la utopía como siempre impracticable.

«El continuo de las citas, el seguir de las citas: “Las cosas se hacen una atrás de otras”. Lo que nos recuerda el Copi de Aira y la sabiduría de aquellos libros de Aira: “lo que quiere un lector es seguir leyendo” frente al poder de un autor, “poder cambiar de tema” que acerca el “para empezar hablemos de otra cosa” de Beckett. Citas citables.

«Una definición de guerrero que me lleva a Luis Thonis, claro: “Según Ch. Trungpa, ser guerrero es no tener miedo de quienes somos. Pero la palabra ´guerrero´ es traducción el tibetano pawo, que significa literalmente ´joven valiente´”.   

«Según: libro amable, liviano, fácil de llevar y bailar con él, como los otros libros de Osvaldo Baigorria. A tal autor, tal libro. A tal libro, tal cita: Según.

«La cita es la frase que nos dice mejor a nosotros mismos y finalmente, la ética de autor que llama a la Bibliografía “Protagonistas”.

Laura Estrin

Publicado en Cuarta prosa bajo el título «Notas de lectura sobre Según, de Osvaldo Baigorria». Puede leerse in situ por acá.