Just Kids

En 2005, en la presentación de Mar paraguayo de Wilson Bueno y Centralasia de Roberto Echavarren, ediciones tsé tsé, Estación Alógena. De izquierda a derecha: Echavarren, Reynaldo Jiménez, Gabriela Giusti, Nákar Eliff-se, Adrián Cangi, Tamara Kamenszain, Wilson Bueno et moi (foto cortesía de Reynaldo). Esa noche lo conocí a Wilson en persona: me dijo que a Néstor Perlongher lo había tratado sólo por teléfono pero en conversaciones tan largas que parecía que se conocían de toda la vida. Bueno era bueno como su apellido, y quizá algo ingenuo; fue asesinado cinco años más tarde en su casa de Curitiba de una cuchillada por la espalda, sentado frente a su computadora, en un crimen que pudo tener tanto un componente de homofobia como de tentativa de robo (se dice que estaba por recibir una herencia del padre). Mi recuerdo en esta imagen.