Para un nadador como Viel Temperley

hector viel temperley

Guardavidas se necesitan en este tiempo de náufragos. Guardavidas como Héctor Viel Temperley, que en Crawl (1982) escribió:

«Vengo de comulgar y estoy en éxtasis,

aunque comulgué como un ahogado,

mientras en una celda

de mi memoria arrecia

la lluvia del sudeste,

igual que siempre

embiste al sesgo a un espigón muy largo,

y barre el largo aviso

de vermut que lo escuda

con su llamado azul,

casi gris en el límite,

para escurrirse por la tez del mundo

hacia los ojos de los nadadores:

dos o tres guardavidas,

dos adolescentes

y un vago de la arena que cortaron

con una diagonal

el mar desde su playa»