Historial de lecturas

Rodolfo Edwards reseñó Poesía estatal en el suplemento Perfil Cultura del 4 de junio de 2017. Titulada «Historia de la lectura», la reseña dice, entre otras cosas:

«A sabiendas de que la poesía se mueve en terrenos pantanosos e inestables, Osvaldo Baigorria reunió en Poesía estatal una serie de poemas nacidos de la oralidad pero que pasan con creces la prueba del papel. Aunque el autor previene: «Puede que estos versos ahora queden como esas letras de canciones que al ser impresas parecen desnudas, sin adornos, carentes del gesto y de la voz que desafina o acierta». Pero justamente ese «estado de desnudez», ese desamparo, es lo que potencia el lenguaje poético.

«De un tiempo a esta parte, son más que habituales las lecturas de poesía, los ciclos y eventos donde se convoca a la escucha de la voz del poeta declamando sus versos. Algunos despotrican contra esta tendencia, reclamando la vuelta de la palabra al vientre de la hoja impresa, a los rituales silenciosos del texto con el lector. Poesía estatal surgió del magma de uno de esos encuentros de poesía `en vivo`.

«Lejos de cualquier imposición programática, Baigorria juega con su biografía, haciendo un mapeo de los desplazamientos de un trotamundos por la vida cultural de varios países. De ciudad en ciudad, a lo largo de cuarenta años, con un micrófono abierto siempre a mano, se fueron hilvanando poemas que hacen de la frescura su razón de ser.

«El post-scriptum funciona como clave de lectura y justificación de la existencia de Poesía estatal; allí Baigorria explica detalladamente el marco de enunciación de cada poema y los avatares que implica pararse frente a un público, de estar de `cuerpo presente` diciendo versos propios.

Esa necesidad del fechado revela la entrañable manera que tiene Baigorria de relacionarse con la poesía, que siempre enlaza con puntuales momentos de su vida que arman una hoja de ruta fascinante.

«Tal vez el secreto está en ese `moverse sin centro ni dirección única’ que propone Poesía estatal, distendida manera de ejercer la poesía, lejos de angustias formales y presiones literarias. Sólo se trata de escribir (decir) como quien levanta una copa para brindar en la tertulia, abriéndose al azar y la sorpresa, deshojando partituras de ejecución aleatoria.

«Acompañan la edición unos dibujos del propio Baigorria que ilustran la tapa y los interiores; finos trazos van formando figuras que remiten a una erótica de surrealismo naif.»

-Puede leerse en partes gracias a PressReader por acá.