La literatura argentina ¿es guerra y estafa? (bis)

A Fabián Casas, que con su poesía reunida en Horla City y otros marcó el récord de agotar la primera edición en pocos meses (algo inédito en poemarios) y publicar de inmediato una segunda edición (y encima de 3000 ejemplares! algo aun más inédito*), se le armó un «debate» de esos típicos de suplemento cultural con Alejandro Rubio, a causa de la diatriba «La literatura argentina es el mal». Casas dice de este texto: «Es un gesto conservador y purista. Para mí la literatura argentina es el ‘mal-ba’. El mal es cualquier otra cosa. Y esta cosa de querer asustar. ¿A quién asustás? ¿A Marley? ¿A Cristina Mucci? ¿A quién asustás? A mí no me asustás, porque el mal es algo tan demoledor cuando se aparece en tu vida que la literatura argentina no puede aspirar ni remotamente a eso. Me parece mucho más difícil sostener un discurso contradictorio y que tenga una pulsión de emotividad que estos. A la emotividad le escapa todo el mundo. Vivimos en el mundo del gran cinismo. Es más fácil ser cínico. Soy más fácil siendo Pergolini que siendo George Perec.»

Está en la página web de la Ñ de hoy. Es rara la sintaxis, puede haber algún error. A veces se habla o se transcribe de apuro. Tampoco sé qué es la literatura argentina ni si alguien puede llegar a definir algo al respecto, pero me sigue gustando el título de mi entrada de blog, adaptado justamente del ensayo de Rubio. Me parece que cierra.

* Nota bene: Ricardo Strafacce especulaba en la cena del jueves pasado en Lo del Bebe que ese fenómeno de ventas sólo podría explicarse si se basaba en lectores provenientes de otro mundo que el de la poesía. Por ejemplo, del mundo del rock.