
«La correspondencia de Néstor Perlongher (toda: el continuum, sobre el que Osvaldo Baigorria tiene tanto que ver) es una cima de la narrativa argentina de la segunda mitad del siglo veinte» escribe Sebastián Menegaz en El diletante. Y si la exageración es uno de los atributos de esa piedra de barro irregular que es el barroco (y el neobarroco), en este lúcido comentario del libro y de la operación de escritura epistolar de Perlongher ese atributo se desplegará y despegará en vuelo rasante sobre el suelo de todo un continente y un contenido. «Se suele perder de vista, solemos, en tiempos de racionamiento, cuánto había en la operación sustantiva de las poéticas del barroco (el pretérito por todo estertor) de éxtasis de la precisión. Perlongher le dirá a Baigorria, casi incidental: «sentar ciertas bases de opulencia»». Se lee in situ por acá.