En el país donde se yuga el molinero
En el estado donde el carnicero vende sus lomos, al contado,
y donde todas las Ocupaciones tienen nombre…
En las regiones donde una piruja voltea su zorrito de banlon,
La huelen desde lejos, desde antaño
Hay Cadáveres
En la provincia donde no se dice la verdad
En los locales donde no se cuenta una mentira
-Esto no sale de acá-
En los meaderos de borrachos donde aparece una pústula roja en
la bragueta del que orina -esto no va a parar aquí- contra los azulejos,
en el vano, de la 14 o de la 15, Corrientes y
Esmeraldas,
Hay Cadáveres
Parece remanido: en la manea
de esos gauchos, en el pelaje de
esa tropa alzada, en los cañaverales (paja brava), en el botijo
de ese guacho, el olor a matorra de ese juiz
Hay Cadáveres
Estamos hartas de esta reiteración, y llenas
de esta reiteración estamos.
–Néstor Perlongher- «Cadáveres» (fragmentos) en Alambres, Ediciones Último Reino, Buenos Aires, 1987.