To kill or not to kill

gabriel baggio matar morir

Gabriel Baggio inaugura su muestra «Matar y morir» el martes 10 de marzo a las 19 en Galería Hache, Loyola 32, Buenos Aires. Dice el anuncio de la galería que desde 2018 «el artista se encuentra modelando un friso escultórico motivado por las escenas de personas muertas, torturadas y degolladas en la historia de la representación visual occidental. El proceso del modelado en cerámica dejó su huella en una extensa tela que cubrió la mesa de trabajo durante un año y medio. Allí quedaron las marcas materializadas en hongos y grafismos íntimos que el artista convirtió en una pintura de gran formato que da título a la muestra. El encuentro con el relato de Osvaldo Baigorria del libro Sobre Sánchez que describe la escena en la que el escritor se vio obligado a matar un oso grizzly en tierras canadienses, fue el disparador de este cuerpo de obra que permite pensar el matar y morir como expresión de vida… Todos morimos. Todos matamos. Matar es igual que morir: terrible y muchas veces inevitable».

La gacetilla de prensa completa con el texto de la hoja de sala se puede descargar desde acá.

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Madre pirata

Cada tanto, dibujo. No recuerdo el momento en el que me puse a dibujar este que se ve aquí, en algún lugar de la década del 80. Supongo que fue en uno de esos ratos en los que tenía ninguna otra cosa que hacer: ocio pleno. Jamás dibujé con intención de mostrar, dejé todo en carpetas y blocs u hojas sueltas… hasta que en los últimos dos años empecé a mostrárselos a gente amiga, tímidamente, como para descubrir si tenían algún valor. Así fue como llegué a Santiago Villanueva, que me propuso exhibirlas por un día en 2019.

Las imágenes surgen del interior (por cierto, un interior intervenido por algún exterior, un interior/externo), es decir, no me pongo ni dispongo a mirar nada, no dibujo lo que me pasó o lo que vi o lo que imaginé previamente: solo deposito el lápiz o birome sobre la hoja en blanco y dejo que la mano vaya encontrando la forma hasta que me canso o se cansa (la mano). No tiene objeto ni propósito. Es una actividad más libre que el escribir. Continuar leyendo «Madre pirata»

En un trío con dos orientales

Primera muestra pública de mis dibujos (sí, cada tanto agarro el lápiz o la birome y deslizo mi mano sobre una hoja de papel, oficio o A4) dentro del espacio que montaron Fernanda Laguna y Santiago Villanueva a lo largo de 2019: 2019. Emocionado por compartir muestra con dos artistas, una ceramista de Oriente (provincia de Buenos Aires) y una tremenda veterana del grabado y poeta de Montevideo (Banda Oriental). Entre las obras de estas dos orientales colgaré algunos dibujos que fui haciendo en distintas épocas y momentos sin intención de mostrarlos, y que sin embargo, alentado por amigos que fueron descubriendo mi segunda «profesión o vocación secreta», empecé a compartir hace un par de años cuando Iván Rosado publicó Poesía estatal: en ese libro hay cuatro. Ahora se los podrá ver, junto a muchos otros, en vivo. Ojo: es esa noche o nunca. 2019 es un spazio que muestra su arte en un solo día (y noche). Ci vediamo!

Art show entre montañas

En el pueblo de Kaslo, British Columbia, Canadá, al oeste de las montañas Kootenays, se mostró en agosto de 2019 una retrospectiva de la obra de Richard Gross, artista de Argenta (aunque nacido en Polonia y criado en Winnipeg), amigo y cofundador de la comunidad del bosque, a quien conocí sembrando árboles al oeste de la isla de Vancouver en una primavera tormentosa de 1977. Sus cuadros ya andan en colecciones del MOMA en NY, en la National Gallery de Ottawa, en la Art Gallery de Ontario, Toronto, en la Amherst Collection de Boston y muchos otros lugares pero nunca hasta ahora se había hecho una muestra como la del Eurythmy Studio de Kaslo hace menos de un mes. Aunque no pude verla in situ, tuve la satisfacción de haber colaborado en que se llevara a cabo por obra del azar o del destino, cuando en julio de este año me senté junto a una mujer que no conocía en el pequeño autobus local que dos veces por semana atraviesa el pueblo.

Había llegado a visitar a Richard y a su compañera Tuula en julio de este año y supe que él deseaba con fervor que se hiciera una retrospectiva lo antes posible. Entendible: sufre de un tipo de cáncer de cerebro desde hace más de una década y lo viene combatiendo con radio y quimioterapia y no sé qué otros tratamientos, así que… En mi corta visita, hablé con unas y otros para encontrar un espacio donde se pudiera realizar la muestra. No tenía los suficientes contactos en el mundo del arte de Nelson, la ciudad más cercana y además Richard y Tuula viven en Kaslo, este pueblo de mil habitantes que les queda a mano para los traslados a hospitales y centros de salud, fundamental para dos personas que no tienen auto, y posee veredas y calles tranquilas lo cual es crucial para la frágil movilidad de Richard, con su andador y sus bastones. De modo que hablé y hablé con mis amistades y con todas las personas que se cruzaron en mi camino durante los 25 días en los que paré en la casa de Tom Zepp en Argenta y en cada viaje a las poblaciones cercanas.

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Del infinito a La Biela

Del infinito al bife

Para quienes por razones de clase social, edad, lejanía o prejuicio no se acercaban a Recoleta ni a la Manzana Loca de Buenos Aires en los años 60-70, las breves entradas de ese grandote de cara seria, ojos alucinados, peinado prolijo, traje y corbata y a veces antifaz en los programas de Tato Bores en los canales 11 y 13 habrán sido una primera aproximación a Federico Manuel Peralta Ramos (1939-1992), tataranieto del fundador de la ciudad de Mar del Plata. Para quienes no mirábamos televisión por suspicacia contracultural, la presencia e influencia de ese francotirador que atacaba a la sociedad con las armas del absurdo se hizo sentir como rumor creciente a medida que se multiplicaban las anécdotas sobre sus charlas, recitados y canciones imprevistas en La Biela, la Galería del Este o el Florida Garden, entre otros enclaves de la bohemia porteña.

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Detener la colección

Un «rediseño museográfico» del Museo Nacional de Bellas Artes, con muestra de obras de Berni, García Uriburu, Londaibere, Maresca, Burton y otras, donadas por un día o prestadas por amigas que las descolgaron de las paredes de sus casas para ser exhibidas una tarde de sábado, fue la iniciativa de Santiago Villanueva y Violeta Mansilla el 27 de julio de 2019 en UV estudios (Humboldt 401). La muestra incluyó un «Congreso de la Historia del Arte Argentino» con lecturas de textos breves de Lux Lindner, Paula Castro, Juan Laxageborde y otras, la proyección de un video de Jorge Prelorán, diversas performances, y una votación de «adquisición de artista» con carrera en la calle animada por Julián Sorter.

La hoja de sala reprodujo una carta abierta de Santi Villanueva a la dirección del MNBA que dice: «Buenos Aires, 17 de febrero de 2015

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Pendientes de los pies

pulso mamba

A primera vista, una sala de museo a la que se debe entrar descalzo. Ese contacto directo con el suelo, sin el filtro de cuero, goma o plástico del calzado, llevará a otra sensación de la fuerza gravitatoria: una atención dirigida hacia abajo. Es imposible no sentir la planta de los pies en el momento en que uno se descalza. Puede que el apoyo se incline más hacia el talón o los dedos, que la bóveda de cada pie esté más o menos equilibrada entre uno y otro lado, que haya o no armonía entre tarso, metatarso y falanges de esas partes que por anatomía se llaman “inferiores” aunque soportan todo el peso de los cuerpos bípedos. Pero seguro que se notará el contacto. Antes de ver lo que hay alrededor, la percepción caída al piso. Como en toda entrada a los sitios más íntimos que se encuentran bajo techo: cama, camilla, pileta, ducha, bañera, tatami, dojo o todo templo donde se celebre el culto de la diosa transitoria o simplemente una sala de estar y escuchar música, fumar y relajarse. En patas. Si se entrara en alpargatas, botas o tacos altos, seguro se vería algo distinto. Así como la posición del cuerpo –de pie, sentado, acostado, cabeza abajo- modifica el punto de vista o el punto de encaje, el gesto de descalzarse es la primera performance para la construcción de atmósfera que propone Nicolás Mastracchio~. Continuar leyendo «Pendientes de los pies»

Poesía y Estado en Corea del Sur

poesia estatal

Aquel verso performateado en la plaza Spivakow del Museo del Libro y de la Lengua en la noche de los museos del 2012, luego publicado en Rosario por Iván Rosado en el libro Poesía estatal, llegó este diciembre del 2017 hasta Seúl en inglés y coreano dentro de la muestra de la colección de La Ene: gracias a Santiago Villanueva. El Estado y él se amaron. Cómo sonará en coreano? El dibujito se ve bien pero no tengo idea de cómo lo tradujeron. No importa: ahora está en el Seul Museum o Fart (así suena).

 

Poesía estatal ilustrada

La idea de armar un libro con versos propios que leí en público comenzó a concebirse a partir de una «noche de los museos» de Buenos Aires en 2012, dentro del ciclo Plaza de la Lengua que coorganizaba junto a Ariel Idez en la placita Boris Spivakow del Museo del Libro y de la Lengua, que por esos años tenía de directora a María Pía López. Aquella noche propuse como actividad especial hacer una lectura con micrófono abierto, con lista de inscriptos (se acercaron muchas personas amigas) y cuando llegó mi turno leí fragmentos de ese largo verso que más tarde, ampliado, dio título a este libro.

El criterio para esta edición fue reunir poemas escritos ad hoc, para ser leídos en determinado tiempo y lugar, a lo largo de cuatro décadas. Podría decirse que componen un libro casi documental, ilustrado con algunos dibujos que hice sin pensarlo mucho, años atrás, en ratos que no tenían relación aparente con estos textos, cuando ni se me pasaba por la cabeza imaginar que esos trazos hechos al correr del lápiz o la birome podían llegar a ver la luz o la oscuridad del papel impreso.

A veces digo versos y no poemas porque me parece que la mayoría de los que integran esta selección bien podrían quedar en el paso a nivel o terreno de esas letras de canciones que al ser impresas salen como desnudas, a la intemperie, carentes del gesto, de la voz que desafina o acierta, del ritmo visible de la respiración en escena. Como materia prima sin valor agregado. Pero en esto puede que me equivoque.

También digo versos y no poemas por alguna otra razón que no sé explicar. Pasa como con los chistes (la poesía también puede ser un chiste, y viceversa). No sé qué es la poesía, pero si hay que explicarla ya no será poesía. Continuar leyendo «Poesía estatal ilustrada»

La mirada del salvaje

Lo primero que se ve es una mujer a punto de ser violada, si no lo ha sido ya. Pero como la lengua es rica en eufemismos, y la imagen se encuadra en una sala de museo y muestra de arte bajo los presupuestos de “seducción” y “erotismo”, una mirada quizá entrenada, capacitada en el control de la reacción sensorial automática, podrá destacar allí otra cosa, otros cuerpos y objetos. Los presupuestos son, como mínimo, incómodos o destinados a incomodar. Consentirlos implica algún tipo de complicidad intelectual con algo que en otro momento y lugar podría ser considerado un crimen. ¿Por qué, cuándo y en qué condiciones el rapto de una mujer puede ser erótico? ¿Y para quién? Continuar leyendo «La mirada del salvaje»