Soy una mujer sin problemas

Todos lo saben
y entonces buscan mi compañía para charlar por las noches.
Sin embargo yo conozco a alguien que quiere morir en paz consigo mismo
y me produce estremecimientos, insomnio, soledad,
porque la paz conmigo misma sería una guerra sin fin,
dos o tres asesinatos inevitables y alguna entrega desmedida
que no entra en mis planes.
Sin embargo yo sueño por las noches
con un jardín inmenso donde los muertos se levantan para saludarme;
yo sueño con un hombre que me inquieta y como lo ignora
me habla amigablemente del resto del mundo
y de mis múltiples amores, tan simpáticos,
tan apropiados como tema de conversación.

Juana Bignozzi

De «Mujer de cierto orden» 1967

Juana Bignozzi lee el 7 de marzo a las 19 en el ciclo Plaza de la lengua, Austria y Las Heras, plaza Boris Spivakow del museo del Libro y de la Lengua. La acompañarán Mercedes Halfon, Pablo Farrés y Ral Veroni.

Más poemas de Juana: Continuar leyendo «Soy una mujer sin problemas»

No me cuentes tu merienda

Reseña del libro de Mario Levrero Nuestro iglú en el Ártico y también comentario sobre la literatura vista desde dos orillas: la «mirada de un argentino» (Ricardo Strafacce, autor del prólogo del libro publicado por Criatura editora en Montevideo) acerca de lo implícito en el «mejor Levrero»: «Qué me importa de qué se murió tu padre; qué me importa por qué te dejó tu novia; qué me importa cómo tu abuela te cocinaba los buñuelos. Si no sos Proust, no me cuentes tu merienda. En los cuentos y novelas deben ocurrir hechos extraordinarios» Continuar leyendo «No me cuentes tu merienda»

La pampa y la vía

baigorria nestor sanchez«Transbiografía, post novela, ensayo colapsado» dice esta reseña de Nicolás García Recoaro en Tiempo Argentino de ayer, al lado de una mini-reseña de La pampa, de Alfredo Ebelot. «Sobre Sánchez es una obra alucinante que libera, como bien aclara Ricardo Strafacce desde la contratapa, dos libros en uno: una biografía parcial y una autobiografía sesgada. Dos periplos, o miles». La foto es de una lectura en el ciclo Carne argentina en La Tribu, donde se le rindió homenaje a otro Néstor.

Me gusta ese tajo y me gusta esa brecha

«Hay muchas maneras de ilustrar qué es el «sexo anal»» dice Mavrakis en este post de Revista Paco, primero publicado en Amphibia, donde se observa el repertorio de posturas que provee la enciclopedia en red: hermosas ilustraciones clásicas y posmodernas en convivencia con la cruda foto de la entrepierna en cuero… «Pero pocas parecen tan entretenidas como las que opta por usar Wikipedia», continúa.»Nosotros somos auténticos exploradores del enciclopedismo moderno. Tenemos derecho a revisar y catalogar nuestro material. Por lo tanto, seguimos adelante. Como el «sexo anal» es algo demasiado reglamentado para nuestro espíritu ingobernable, pasamos a revisar de qué se tratan las «posturas sexuales». Wikipedia tiene un Anexo completo. La «posición del perrito», por ejemplo, tiene un gráfico en tercera dimensión por el que —porque nosotros pasamos mucho tiempo online— sabemos que cualquier usuario de hentai japonés estaría dispuesto a pagar bastante a través de su tarjeta de crédito. Casi tanto como cualquier profesor de catequesis estaría dispuesto a pagar por la imagen de dos púberes practicando —con los rostros situacionistas de la ocasión— lo que Wikipedia nos informa que es la «postura del misionero«. Imágenes con el mismo candor realista con el que Wikipedia nos enseña que es una «fellatio». O —en un exquisito y anatómicamente correcto 3D— un «cunnilingus». Aunque, porque no hay hikikomori que no pueda dejar de percibir el halo de Roy Lichtenstein en una de sus últimas grandes enseñanzas, Wikipedia también ilustra con toda la destreza del pop de qué hablamos cuando hablamos de «doble penetración interracial». La industria del porno siempre está con nosotros. Un segundo perceptible, que provoca escozor entre los padres y el lamento de algún niño impresionable». Se lee entero por acá y se miran partes por ahí.

Entre (oh) varios

«La vida de Néstor Sánchez resulta una novela atrapante: autor de varias novelas, algunas traducidas, elogiado por Cortázar, colaborador en diversos medios, admirador de Kerouac y los beat, un día lee a un místico ruso y comienza otro camino, un vagabundeo que lo lleva hasta Estados Unidos. Ese es el personaje que descubre Osvaldo Baigorria en Sobre Sánchez, una biografía en primera persona tras los rastros de ese escritor lumpen, maldito, autor de Nosotros dos, pero a su vez, a través de notas al pie, es la autobiografía de Baigorria (Buenos Aires, 1948), conformando un punto donde el libro es a la vez historia personal e investigación, biografía y autobiografía mezcladas, deformadas hasta conseguir un relato excéntrico, imposible de abandonar».  Es lo que afirma una pastilla sin firma (probablemente Diego Erlan o Mauro Libertella) en «Los mejores libros del año 2012» de la revista Ñ, donde al titulo en cuestión se lo ubica probablemente con buen tino en el rubro «Varios». Se lee por acá. Continuar leyendo «Entre (oh) varios»

Censura y pornografía según Osvaldo Lamborghini

«Tanto la censura como la pornografía son géneros artísticos» dice Lamborghini en esta nota de opinión de 1974 en Clarín que Christian Ferrer subió a su FB (y acaba de enviarme por mail): una mirada original y de absoluta actualidad sobre el poder, el saber y la transgresión.

                                                  La estética del censor

Tanto la censura como la pornografía son géneros artísticos extremadamente complejos. La estética del censor ha compuesto con los años un texto ilegible (inalcanzable) con tramos del Ulises de Joyce, las Memorias de una princesa rusa, escenas de las películas de Armando Bo (y de otros), estatuas con taparrabos, etcétera. Expedirse sobre el tema con absoluto rigor implicaría, por lo tanto, un refinadísimo análisis de toda la cultura. Trabajo seguramente pornográfico, censurable. Y que de hecho lo es. Las obras de Marx, Nietzsche, Sade y Freud, por ejemplo, son otros tantos intentos de sentar las bases de una intriga anticristiana, constituyen cierto veredicto contra la simbología del crucifijo, el pastor y el borrego. No lo olvidemos: el censor es solamente un representante extremo (pero ni de lejos el más peligroso) de nuestro cultivo sistemático de la pasividad y la culpa. Habría entonces que evadir la tentación fácil (y liberal) de centrar la cuestión en los verdugos profesionales, esos que a tijera, edictos y fuego componen una obra irrisoria. Si queremos pensar en serio en la censura, mejor analicemos el progresismo lacrimógeno que nos infecta desde hace décadas: la queja permanente porque los ‘malos’ triunfan; esos poemitas en que todavía el albañil simple y bueno se les sigue cayendo del andamio; esa concepción (tan tonta y paranoica como la censura misma), cuyo eje es que un puñado de ‘traidores’, vaya a saberse a qué, son los que impiden la realización del supremo bien sobre la tierra. Ahí está la censura: un pensar castrado de antemano por el ‘humanitarismo’, por el ‘amor al pueblo’, por la identificación imaginaria con las ‘causas nobles’, esas que siempre pagan al contado sus réditos de bondad a quienes las sustentan. Es importante recordar que quienes hacen culturaen la Argentina no son los censores sino los autocensurados. Sería interesante, aunque sea por una vez, tratar de no equivocarse tanto. Quizá, el siguiente razonamiento, ayude a salir de la órbita de la queja: las obras verdaderamente transgresivas (Sade, Marx, Nietzsche, Freud) no son productos de buenos chicos que querían cantar su amor y los brutos represores no los dejaron. Ellos intrigaban conscientemente, deliberadamente, contra el modo de vida y la concepción cultural del censor, sin la coartada de ninguna ‘bella causa’. El saber es siempre perverso y violento.

–Osvaldo Lamborghini

Publicado en Clarín, suplemento cultural, el 4 de abril de 1974 y reeditado en Sociedad, Revista de Ciencias Sociales de la Universidad de Buenos Aires, nro. 24, invierno de 2005, páginas 222-223.

 

La leyenda del escritor linyera

Néstor Sánchez en la nota que hizo Ezequiel Alemian para la sección Cultura de Clarín a partir de la lectura de Sobre Sánchez:

No demasiado tenidas en cuenta por la academia, esterilizadas por los medios, las vidas de los grandes escritores regresan siempre a la literatura con nuevos cuestionamientos. Néstor Sánchez fue un gran escritor. Con cuatro novelas publicadas, elogiado por sus pares (Silvia Molloy, Julio Cortázar, Severo Sarduy), traducido en Europa, en los 70 se le perdió el rastro, hasta que en 1982 su hijo recibió de Los Angeles unas líneas: era la dirección de la playa de estacionamiento donde Sánchez dormía, convertido en un linyera. Continuar leyendo «La leyenda del escritor linyera»

Sobre Sánchez: Una quimera evanescente

Un escritor que admiro, Ramiro Quintana, escribe un ensayo breve en ADN sobre este libro motivado por dos interrogantes que no podían sino conducir al desvío y a la pérdida.

En el principio fue, para Osvaldo Baigorria, una imagen, una fotografía que acompañaba la entrevista a Néstor Sánchez publicada en la revista Cerdos & Peces , en mayo de 1987. En esa fotografía, aparecía un hombre de barba rala que, en contraposición al aspecto de un escritor de entrecasa, era «casi un artesano en feria hippie «. Difícil -si no imposible- no pensar que se trataba de un retrato del propio Sánchez, luego de dieciocho años de itinerancia continua, sobre todo para quienes -como a la sazón Baigorria- desconocían al autor de Cómico de la lengua . Unos cuantos años más tarde, sin embargo, Baigorria se daría cuenta por otro artículo periodístico de que aquel hippie , que aún refulgía en su memoria, no era Sánchez, cuya traza se correspondía, en todo caso, con la de un tanguero. Equívoco mediante, lo que importa aquí es que para ese entonces Baigorria ya estaba bajo el efecto Sánchez. Continuar leyendo «Sobre Sánchez: Una quimera evanescente»

Entre los indies

La última de César Aira, primera novela de Ariel Idez, «nace casi como un exorcismo» dice esta reseña de Indie Hoy, donde se destaca la necesidad de hacerse cargo de la influencia del escritor más importante de la literatura argentina contemporánea mediante el recurso de convertir al nombre (y sustantivo) Aira en el villano de la historia. La reseña describe a La última… como una novela de aventuras en la que se introducen personajes excéntricos (enano sexy, punks, skinheads, taiwaneses peronistas, etc.) junto a escritores consagrados en el «parnaso argentino» en una combinación tan lograda que aun aquellos que nunca han tenido lecturas previas del auténtico Aira «de ningún modo se verán excluidos del disfrute de la peripecia». Estoy de acuerdo, si bien esta última afirmación tendría que ser probada. ¿Alguien que no haya leído a Aira pero sí a La última…?

De paso, aprovecho esta entrada para recomendar la verdaderamente última de César Aira, Entre los indios, perfecta proposición que sale de yapa en la serie de novelas pampeanas, Moreira, La liebre, Emma la cautiva, entre otras, y en la que aparecen en su forma más acabada, a mi entender, el pensamiento, la vida y las costumbres de los indios «airos». Continuar leyendo «Entre los indies»