Los tonos de la voz de Néstor Sánchez

«En el adolescente en mí existió en un momento determinado la necesidad intrínseca de no confiar en la vida; los demás se procreaban, formaban un hogar, iban hacia adelante, es decir, iban hacia su muerte. Existió la necesidad, un día cualquiera, de reconocer que tal vez iba a permitirme, por la noche, por la noche tarde, ir a una plaza pública y aullar hacia el espacio porque, evidentísimamente, la contradicción entre el amor por la vida y la inutilidad de vivir, el sinsentido colosal de la vida, era insalvable«.

Es la voz de Néstor Sánchez en el audio de la entrevista que le hizo Marta Gallo en California en 1984, entrevista que utilicé como fuente primaria de mi investigación para el libro Sobre Sánchez, luego de que Gallo me la enviara en un casete de cinta de 120 minutos. Hoy, recién digitalizada, puede escucharse completa en la sección «Su voz» de la página que Claudio Sánchez organizó en homenaje a su padre: Néstor Sánchez escritor. Continuar leyendo «Los tonos de la voz de Néstor Sánchez»

En Bolivia también se consigue

«Transbiografía, post novela o ensayo-biografía de un autor errante y de culto: Reseña de uno de los mejores libros argentinos del 2012» anuncia la nota publicada por Nicolás García Recoaro en el diario paceño Página Siete de hoy. Dice:

Drop out, salirse, desertar, dejarlo todo (familia, carrera literaria y vida sedentaria) para nomadizarse por cuenta propia. Al escritor argentino Néstor Sánchez (1935-2003) el llamado del camino le llegó luego de leer los libros del místico ruso Gurdjieff, allá por finales de los años 60. Continuar leyendo «En Bolivia también se consigue»

Soy una mujer sin problemas

Todos lo saben
y entonces buscan mi compañía para charlar por las noches.
Sin embargo yo conozco a alguien que quiere morir en paz consigo mismo
y me produce estremecimientos, insomnio, soledad,
porque la paz conmigo misma sería una guerra sin fin,
dos o tres asesinatos inevitables y alguna entrega desmedida
que no entra en mis planes.
Sin embargo yo sueño por las noches
con un jardín inmenso donde los muertos se levantan para saludarme;
yo sueño con un hombre que me inquieta y como lo ignora
me habla amigablemente del resto del mundo
y de mis múltiples amores, tan simpáticos,
tan apropiados como tema de conversación.

Juana Bignozzi

De «Mujer de cierto orden» 1967

Juana Bignozzi lee el 7 de marzo a las 19 en el ciclo Plaza de la lengua, Austria y Las Heras, plaza Boris Spivakow del museo del Libro y de la Lengua. La acompañarán Mercedes Halfon, Pablo Farrés y Ral Veroni.

Más poemas de Juana: Continuar leyendo «Soy una mujer sin problemas»

No me cuentes tu merienda

Reseña del libro de Mario Levrero Nuestro iglú en el Ártico y también comentario sobre la literatura vista desde dos orillas: la «mirada de un argentino» (Ricardo Strafacce, autor del prólogo del libro publicado por Criatura editora en Montevideo) acerca de lo implícito en el «mejor Levrero»: «Qué me importa de qué se murió tu padre; qué me importa por qué te dejó tu novia; qué me importa cómo tu abuela te cocinaba los buñuelos. Si no sos Proust, no me cuentes tu merienda. En los cuentos y novelas deben ocurrir hechos extraordinarios» Continuar leyendo «No me cuentes tu merienda»

La pampa y la vía

baigorria nestor sanchez«Transbiografía, post novela, ensayo colapsado» dice esta reseña de Nicolás García Recoaro en Tiempo Argentino de ayer, al lado de una mini-reseña de La pampa, de Alfredo Ebelot. «Sobre Sánchez es una obra alucinante que libera, como bien aclara Ricardo Strafacce desde la contratapa, dos libros en uno: una biografía parcial y una autobiografía sesgada. Dos periplos, o miles». La foto es de una lectura en el ciclo Carne argentina en La Tribu, donde se le rindió homenaje a otro Néstor.

Entre (oh) varios

«La vida de Néstor Sánchez resulta una novela atrapante: autor de varias novelas, algunas traducidas, elogiado por Cortázar, colaborador en diversos medios, admirador de Kerouac y los beat, un día lee a un místico ruso y comienza otro camino, un vagabundeo que lo lleva hasta Estados Unidos. Ese es el personaje que descubre Osvaldo Baigorria en Sobre Sánchez, una biografía en primera persona tras los rastros de ese escritor lumpen, maldito, autor de Nosotros dos, pero a su vez, a través de notas al pie, es la autobiografía de Baigorria (Buenos Aires, 1948), conformando un punto donde el libro es a la vez historia personal e investigación, biografía y autobiografía mezcladas, deformadas hasta conseguir un relato excéntrico, imposible de abandonar».  Es lo que afirma una pastilla sin firma (probablemente Diego Erlan o Mauro Libertella) en «Los mejores libros del año 2012» de la revista Ñ, donde al titulo en cuestión se lo ubica probablemente con buen tino en el rubro «Varios». Se lee por acá. Continuar leyendo «Entre (oh) varios»

Censura y pornografía según Osvaldo Lamborghini

«Tanto la censura como la pornografía son géneros artísticos» dice Lamborghini en esta nota de opinión de 1974 en Clarín que Christian Ferrer subió a su FB (y acaba de enviarme por mail): una mirada original y de absoluta actualidad sobre el poder, el saber y la transgresión.

                                                  La estética del censor

Tanto la censura como la pornografía son géneros artísticos extremadamente complejos. La estética del censor ha compuesto con los años un texto ilegible (inalcanzable) con tramos del Ulises de Joyce, las Memorias de una princesa rusa, escenas de las películas de Armando Bo (y de otros), estatuas con taparrabos, etcétera. Expedirse sobre el tema con absoluto rigor implicaría, por lo tanto, un refinadísimo análisis de toda la cultura. Trabajo seguramente pornográfico, censurable. Y que de hecho lo es. Las obras de Marx, Nietzsche, Sade y Freud, por ejemplo, son otros tantos intentos de sentar las bases de una intriga anticristiana, constituyen cierto veredicto contra la simbología del crucifijo, el pastor y el borrego. No lo olvidemos: el censor es solamente un representante extremo (pero ni de lejos el más peligroso) de nuestro cultivo sistemático de la pasividad y la culpa. Habría entonces que evadir la tentación fácil (y liberal) de centrar la cuestión en los verdugos profesionales, esos que a tijera, edictos y fuego componen una obra irrisoria. Si queremos pensar en serio en la censura, mejor analicemos el progresismo lacrimógeno que nos infecta desde hace décadas: la queja permanente porque los ‘malos’ triunfan; esos poemitas en que todavía el albañil simple y bueno se les sigue cayendo del andamio; esa concepción (tan tonta y paranoica como la censura misma), cuyo eje es que un puñado de ‘traidores’, vaya a saberse a qué, son los que impiden la realización del supremo bien sobre la tierra. Ahí está la censura: un pensar castrado de antemano por el ‘humanitarismo’, por el ‘amor al pueblo’, por la identificación imaginaria con las ‘causas nobles’, esas que siempre pagan al contado sus réditos de bondad a quienes las sustentan. Es importante recordar que quienes hacen culturaen la Argentina no son los censores sino los autocensurados. Sería interesante, aunque sea por una vez, tratar de no equivocarse tanto. Quizá, el siguiente razonamiento, ayude a salir de la órbita de la queja: las obras verdaderamente transgresivas (Sade, Marx, Nietzsche, Freud) no son productos de buenos chicos que querían cantar su amor y los brutos represores no los dejaron. Ellos intrigaban conscientemente, deliberadamente, contra el modo de vida y la concepción cultural del censor, sin la coartada de ninguna ‘bella causa’. El saber es siempre perverso y violento.

–Osvaldo Lamborghini

Publicado en Clarín, suplemento cultural, el 4 de abril de 1974 y reeditado en Sociedad, Revista de Ciencias Sociales de la Universidad de Buenos Aires, nro. 24, invierno de 2005, páginas 222-223.

 

La leyenda del escritor linyera

Néstor Sánchez en la nota que hizo Ezequiel Alemian para la sección Cultura de Clarín a partir de la lectura de Sobre Sánchez:

No demasiado tenidas en cuenta por la academia, esterilizadas por los medios, las vidas de los grandes escritores regresan siempre a la literatura con nuevos cuestionamientos. Néstor Sánchez fue un gran escritor. Con cuatro novelas publicadas, elogiado por sus pares (Silvia Molloy, Julio Cortázar, Severo Sarduy), traducido en Europa, en los 70 se le perdió el rastro, hasta que en 1982 su hijo recibió de Los Angeles unas líneas: era la dirección de la playa de estacionamiento donde Sánchez dormía, convertido en un linyera. Continuar leyendo «La leyenda del escritor linyera»

Sobre Sánchez: Una quimera evanescente

Un escritor que admiro, Ramiro Quintana, escribe un ensayo breve en ADN sobre este libro motivado por dos interrogantes que no podían sino conducir al desvío y a la pérdida.

En el principio fue, para Osvaldo Baigorria, una imagen, una fotografía que acompañaba la entrevista a Néstor Sánchez publicada en la revista Cerdos & Peces , en mayo de 1987. En esa fotografía, aparecía un hombre de barba rala que, en contraposición al aspecto de un escritor de entrecasa, era «casi un artesano en feria hippie «. Difícil -si no imposible- no pensar que se trataba de un retrato del propio Sánchez, luego de dieciocho años de itinerancia continua, sobre todo para quienes -como a la sazón Baigorria- desconocían al autor de Cómico de la lengua . Unos cuantos años más tarde, sin embargo, Baigorria se daría cuenta por otro artículo periodístico de que aquel hippie , que aún refulgía en su memoria, no era Sánchez, cuya traza se correspondía, en todo caso, con la de un tanguero. Equívoco mediante, lo que importa aquí es que para ese entonces Baigorria ya estaba bajo el efecto Sánchez. Continuar leyendo «Sobre Sánchez: Una quimera evanescente»

Cómo escribir una bio después de Strafacce

Que hay un antes y un después para el género biografía y para el subgénero «de escritor» parece evidente a partir de esa bisagra monumental, esa obra extraordinaria que es Osvaldo Lamborghini de Ricardo Strafacce. Una columna de Damián Tavarobsky en Perfil Cultura que ya no logro encontrar en el enlace web de origen (precariedad digital) decía que la desmesura de Strafacce produjo un punto de inflexión en la historia de las biografías argentinas, un país con escasa tradición en el género si se compara con las tradiciones francesa y anglosajona. Coincido con Tabarovsky en que hay «poca verdad fuera de los textos, de la escritura» y que lo mejor está en los libros anómalos o autónomos respecto al autor del que se trate; pero justamente por eso es que no quise o no pude escribir una biografía de Néstor Sánchez.

En la página de legales de Sobre Sánchez en Mansalva dice «ensayo literario»; en la Ñ pusieron a ese título en el rubro «Varios» (por sus varios géneros, supongo) después de caracterizarlo como «libro freak», «relato excéntrico» y «biografía en primera persona»… En La arquitectura del fantasma, Héctor Libertella refiere a la transbiografía: «única manera de atravesar con mis propias palabras la autobiografía de los otros». Aun no siendo el más calificado para calificar mi libro, creo que también podría ser considerado simplemente «narrativa argentina» (aunque sea en paralelo), porque de este experimento alrededor de la figura de Néstor Sánchez salió el relato de una biografía fallida y de una investigación incompleta, en cruza de realidad-ficción, que se redondea de algún modo por la intromisión del elemento «auto» que implica la memoria (y la desmemoria, como paráfrasis de Sánchez).